Llevar los ingredientes de una galleta, el azúcar o la harina, desde el saco hasta la amasadora sin pasar por cintas transportadoras y protegidas del exterior; fabricar munición sin correr riesgo al manipular la pólvora; o rellenar grageas y cápsulas de medicamentos con total seguridad. Son algunas de las ventajas que proporciona el transporte por vacío, una alternativa a las operaciones manuales y mecánicas en los procesos industriales de fabricación. La empresa palentina Faymasa se ha especializado en adaptar a las necesidades de cada cliente esta tecnología.
Gracias a ello está diversificando su mercado. La empresa, dedicada a la fabricación de componentes mecánicos e ingeniería industrial, ha desarrollado un sistema de transporte de productos en polvo y grano por vacío que aplica ya a la industria alimentaria, farmacéutica y de fabricación de armamento, aunque puede tener múltiples aplicaciones en otros sectores industriales, ya que su potencial «es muy alto», explica Daniel Díez, responsable del Área de Automatización y Robótica Industrial de Faymasa.
La solución, aunque aparentemente complicada, es «sencilla» porque se basa en el uso de un sistema de transporte neumático integrado por la firma palentina en los procesos productivos de distintas empresas, previo diseño y adaptación a las necesidades particulares. «Nosotros analizamos las necesidades del cliente y adaptamos nuestro sistema a sus necesidades, dándole una solución completa», señala Díez.
Se basa en un proceso neumático integrado en las líneas de producción de los clientes
El sistema desarrollado por Faymasa elimina los pasos manuales partiendo de un equipo de gran versatilidad, que consigue a través de su partner en Suecia, Piab, y que luego adaptan a cada sector, incorporando los elementos necesarios en cada equipo: tolvas y conos de alimentación, tuberías de transporte en acero inoxidable, cuadros de control eléctrico para selección de tiempos de aspiración y descarga, canalización, sistemas de carga y descarga de sacos, big bag,… «Se han hecho distintas aplicaciones, más o menos complejas en función de las necesidades», explica Díez. De hecho hay clientes que lo quieren para mover un solo producto y otros que lo necesitan para mover más de 30, y cada uno con su granulometría, su densidad, su peso, pero siempre con la garantía de que «el sistema trata muy bien el producto y puedes usarlo para llevar casi cualquier cosa sin dañarla»
De esta forma la materia prima se transporta por medio del vacío desde un punto hasta otro. Se mezcla con aire en función de su densidad y granulometría, y esto define el caudal de transporte «para que no se rompa la estructura del producto», explica Daniel Díez. «Se puede transportar un caudal de hasta 20 toneladas a la hora y a una distancia de 30 o 40 metros», agrega. Además solo hay un punto de entrada y salida y todo el sistema de transporte está cerrado con lo que la contaminación es nula y la seguridad alimentaria total. Su sencillez o complejidad depende de si se usa para transportar uno o más productos, y basta con programar «el tipo de producto, el tiempo de transporte, el tiempo de descarga, y la cantidad de aire con la que se va a transportar…con la seguridad de que el sistema mantiene la granulometría del producto de forma estable».
La empresa palentina tiene como ‘partner’ al fabricante sueco de bombas de vacío Piab
La principal ventaja de este sistema es que toda la canalización y conducción está cerrada, no hay elementos abiertos, con lo que el producto transportado se encuentra protegido, lo que garantiza la seguridad alimentaria y evita riesgos en la cadena. Además, todos los materiales que están en contacto con el producto que se transporta cumplen los requisitos exigidos por la agencia estadounidense FDA . Pero hay otras, medioambientales y de eficiencia energética, ya que solo consume energía mientras está transportando, mientras que los sistemas tradicionales usan bombas de vacío que están muchas horas arrancadas. «Esta tecnología solo consume cuando está haciendo el transporte de carga, cuando estoy descargando no estoy consumiendo». El resultado es un consumo entre un 20 y un 40% inferior a los sistemas tradicionales de transporte de producto, sin olvidar que además trabaja con aire comprimido y no necesita energía eléctrica para su funcionamiento. Y por último su sencillez, ya que el sistema se desmonta por completo para facilitar su limpieza, lo que alarga su vida útil y reduce costes de mantenimiento.
Faymasa ya lo ha instalado en industrias galleteras, de bollería, snacks y queserías, para el transporte de harinas, azúcar, cacao, sal, lágrimas de chocolate, caramelos o aromas; en empresas farmacéuticas para transportar grageas, cápsulas y el medicamento que va dentro; y también para el movimiento de pólvora en fábricas de armas, porque además es un sistema con certificación ATEX, pensado para trabajar en atmosferas explosivas. Y «se están haciendo pruebas para fábricas de plástico, para el movimiento de los palets», agrega Díez.
Fuente: El Mundo
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