La historia empresarial de la familia Rafael empezó hace tres décadas con el despertar de la industria de la automoción. Los hermanos Juan José y Marcelino Rafael González crearon, junto a otro socio, la empresa Rectificados Tamarraf para dedicarse al rectificado y reconstrucción de motores de turismos y maquinaria agrícola y dar asistencia a los talleres mecánicos en Palencia. No tardaron mucho en ver la diversificación hacia la que apuntaba el sector del mecanizado y en 1989 fundaron Fabricación y Mantenimiento S.A., Faymasa, para ofrecer todo tipo de soluciones de ingeniería industrial, mecanizado, montajes industriales y automatización, a la medida de las necesidades de sectores tan dispares como el de la automoción, la agroalimentación, la aeronáutica, las energías renovables o el ferroviario.
«Marcelino y mi padre empezaron dando servicio a talleres mecánicos y hoy ofrecemos soluciones de ingeniería a todo tipo de empresa», señala Aurelio Rafael, el segundo de los cuatro hijos de Juan José que hoy dirigen el legado de la familia. Los hermanos Rafael supieron ver que la tecnología acabaría con el negocio de la reparación de motores y decidieron diversificar creando una empresa especializada en el mecanizado y la fabricación de piezas para montajes industriales.
«Hoy somos lo suficientemente autónomos como para poder ejecutar un proyecto al cien por cien, desde el diseño y la ingeniería hasta su construcción total y la puesta en marcha en la empresa del cliente», asegura Aurelio Rafael. Una apuesta integral con la que Faymasa no depende de nadie para fabricar cualquier instalación industrial, desde la parte del diseño mecánico hasta la parte automática y de control, lo que garantiza «la fiabilidad en la respuesta al cliente».
Esta es una de las principales ventajas competitivas de esta empresa familiar, que ha crecido apoyada en el cumplimiento riguroso con los plazos de entrega, los costes y la calidad que exigen sus clientes.
La otra son sus trabajadores, que se han convertido en el principal activo de Faymasa. Algo que los hermanos Rafael, –Rebeca, Aurelio, Juan José y Sara–, aprendieron de su padre y de su tío, que se jubilaron hace seis años dejando bien grabado en los cimientos de la empresa el compromiso con las personas. «No queremos ser una macro empresa. Nos gusta trabajar con la gente», afirma Aurelio Rafael.
Con esta filosofía han construido una empresa familiar que suma un centenar de trabajadores en Palencia y más de 140 clientes en España, Francia y Alemania. Firmas como Audi, Peugeot, Citroen, Gullón, Siro, Pascual, Findus o Helios confían en sus manos para mejorar sus procesos productivos.
«Hacemos las máquinas que fabrican los automóviles», explica Aurelio. Sistemas automatizados para ensamblar toda la carrocería del automóvil o para montar las lunas de los coches, proyectos para construir líneas de montaje y de soldadura automatizada, reformas y maquinaria para la producción de galletas, sistemas de estampación y paletizado automático para el sector agroalimentario, utillaje para ensamblaje de componentes ferroviarios o de manipulación y montaje para constructores de aeronaves como Airbus.
Grandes proyectos de ingeniería y mecanizado industrial sostienen hoy una empresa que ha sabido crecer, tanto en facturación como en plantilla, gracias a la reinversión de todos los beneficios. Solo en los últimos cinco años han invertido tres millones de euros en la compra de la maquinaria y bienes de equipo necesarios para incrementar el volumen de fabricación de herramientas, maquinaria de mecanizado, sistemas de medición y bienes de equipo a la medida de las necesidades de sus clientes.
«Diseñamos la solución, la desarrollamos, la construimos y la montamos», resume. Han consolidado también una plantilla cualificada, donde la formación continua es el pan de cada día. «Cada proyecto es diferente, cada equipo es distinto. Nunca haces una maquina igual a otra», insiste Aurelio Rafael, convencido de que el principal valor de Faymasa es su capacidad para aportar a cada cliente una solución diferente.
Las cifras le dan la razón. Faymasa ha facturado más 8 millones de euros en 2017, un 25% más que en 2016, año que se cerró con seis millones de euros en ventas, y casi el doble que hace cinco años (en 2013 facturaron 4,6 millones de euros). La diversificación en productos y sectores, el aumento de su capacidad productiva y la internacionalización del negocio les han ayudado a crecer despacio y con paso firme en años de crisis. De hecho hoy el 45% de su negocio está fuera de España, principalmente en Francia y Alemania, donde han afianzado su alianza con clientes con los que empezaron haciendo «piececitas» y que hoy les encargan proyectos «de gran envergadura».
También la innovación es fundamental para ofrecer soluciones diferentes, tanto en productos como en servicios. En su haber cuentan con importantes desarrollos para la industria agroalimentaria, como sistemas de limpieza por ultrasonidos o sistemas para el transporte de productos por vacío que garantizan una mayor limpieza y mayor seguridad alimentaria en los procesos de fabricación.
Realizan incluso diagnósticos preventivos de mantenimiento de instalaciones industriales, a través de mediciones y calibraciones de sistemas mecánicos in situ.
Con todo, la familia Rafael ha ido construyendo una imagen seria y rigurosa de Faymasa, una ingeniería familiar que ha ido creciendo a base de ideas, inversión para mejorar sus procesos y honestidad para asegurar la calidad de sus servicios, sin dejar nunca atrás su vinculación con Palencia y el compromiso con las personas.
Fuente: Diario de Valladolid
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